Me acuerdo de su risa gritada.
Hicimos una escena que nos íbamos de viaje de egresados.
Hice un personaje que era el galán y amaba.
Descubrí que la ansiedad jugaba malas pasadas.
Descubrí que actuar es escuchar a quien habla.
Muchas veces me pasó que no llegaba a pasar y me frustraba.
Descubrí que las palabras flotaban aunque no lo esperara.
Usábamos una puerta que se tambaleaba.
Lo que más amaba de la clase era que Nora me aplauda.
Nos reímos con carcajada y lágrimas.
Me quedó grabado una vez que pasé con Naiara Awada.
Teníamos una compañera que siempre cantaba.
Sentí vergüenza una vez que un compañero dijo que se sintió en un casting.
En el espacio había madera plastificada.
Gracias a las clases aprendí a dar clases.
Nora decía descubrir el potencial de cada uno.
Nora es referente, amiga, loca y whatsapeada.
Nora tiene 2 hijos. Uno de Tauro como yo.
Para mí significó aprender a reír, amar el error. Filosofía de vida.
Dejé de ir a las clases porque no tenía plata, nunca me animé a volver.
Testimonios de alumnos que recopiló Lucía Panno para “Maestras”, ciclo de entrevistas a las grandes del teatro (Centro Cultural Rector Ricardo Rojas / Mayo de 2018).